PATRONOS de BENICARLÓ

Foto Toni Castellar

 Sant Antoni Abad.


El 17 de enero celebramos a San Antonio Abad.
   Se enciende una gran hoguera mediante la que se quema
el "dimoni". San Antonio supo vencer la tentación... y tratamos de aprender de él.
   Carros y caballos, "coquetes", música y fiesta de un pueblo que tiene respeto a sus animales. Además de los caballos desfilan cientos de mascotas.
   San Antonio Abad vivió en los primeros siglos del cristianismo. Se trataba de una persona inquieta. Siendo joven escuchó el relato evangélico en el que Jesús invita a un joven a vender sus bienes, dar el dinero a los pobres y seguirle. Le impactó esta lectura y quiso vivirla en primera persona.



   Cada año, el 9 de mayo, Benicarló se desplaza en romería hasta la ermita de Sant Gregori, a unos pocos kilómetros  del núcleo urbano, para hacer fiesta y celebrar a su patrono.

   ¿Quién era San Gregorio y qué relación tiene con Benicarló?
   San Gregorio Ostiense, italiano, abad de un monasterio benedictino, nombrado obispo de Ostia -junto a Roma- en el siglo XI, fue enviado al norte de la península ibérica por el Papa. Una plaga asolaba los campos riojanos y navarros. Gregorio encabezó unas rogativas para acabar con la plaga y tuvo éxito. Murió en Logroño en 1044 y fue enterrado allí. En la memoria popular quedó el recuerdo de Gregorio Ostiense como remedio eficaz en estos casos.

   En el siglo XVII, posiblemente en 1677, los campos de Benicarló también sufrieron una plaga que amenazaba con acabar con las cosechas. Los benicarlandos se encomendaron a San Gregorio. La plaga amainó y se quiso expresar el agradecimiento construyendo una ermita en honor a San Gregorio y estableciendo, cada año, una romería hasta ella.

Santos Mártires; Abdón y Senén.
    La devoción a San Gregorio fue ocupando un lugar privilegiado entre los agricultores de la zona, junto a otros protectores de los campos como San Isidro o los "santos mártires" Abdón y Senén. A estos últimos se les quiso dedicar una ermita en la cima del Puig de la Nao, en 1808, pero con la irrupción de la Guerra de la Independencia no se llegó a finalizar su construcción y ya no se continuó por lo que actualmente está en ruinas. Los mismos santos hoy en día han sido "descatalogados" del listado oficial de la Iglesia porque no hay evidencias firmes de su historicidad. Sobre todo se les atribuía la devoción a su buen hacer contra las tormentas de verano y granizadas que afectaban a las viñas; en un tiempo en que Benicarló comercializaba los vinos. Precisamente, en la imagen que los representa en la parroquia de San Bartolomé, uno de ellos sujeta en sus manos un racimo de uva.


   La Virgen del Rocío...
   Desde hace unos años, también se ha ido implantando entre parte de la población benicarlanda la devoción a la Virgen del Rocío. Impulsado por la colonia andaluza de la zona, se le está construyendo una ermita de considerables dimensiones en una zona elevada, cerca del paraje de la basseta del Bovalar.
   

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